Trazabilidad en el café: del origen a tu taza con total transparencia
Cada taza tiene un origen claro y una historia que merece ser contada. Esa historia comienza en el lugar donde se cultiva el grano y termina cuando lo sirves en tu taza. La trazabilidad es lo que nos permite seguir cada paso de ese viaje. Pero ¿qué significa realmente este concepto en el contexto del café de especialidad?
La trazabilidad en el café es la capacidad de rastrear el recorrido de cada lote, desde la finca de origen hasta el consumidor final. Incluye información detallada como la variedad del grano, la altitud, el método de procesamiento, el productor y la región donde se cultivó. Esta transparencia es un valor central en el café de especialidad, ya que garantiza calidad, promueve relaciones éticas con los caficultores y ofrece al consumidor una experiencia mucho más consciente.
Cada taza de café es una historia. La trazabilidad nos permite conocerla.
La trazabilidad es clave en el café de especialidad
La trazabilidad aporta beneficios esenciales tanto a los productores como a los consumidores. Para los tostadores y cafeterías, permite mantener la consistencia del perfil de sabor, facilitando una experiencia confiable y reconocible. Para los consumidores, representa un sello de calidad y confianza: saber de dónde viene lo que consumimos, el efecto que tiene en el planeta y cómo ha sido producido, se ha vuelto una prioridad.
Además, la trazabilidad permite tomar decisiones más informadas: seleccionar lotes según altitud, método de proceso o prácticas sostenibles. También es una herramienta clave para garantizar sostenibilidad en el café, al exigir procesos agrícolas responsables y relaciones comerciales más justas.
¿Qué pasa con el café no trazable?
A diferencia del café de especialidad, muchos cafés comerciales no ofrecen un nivel de trazabilidad tan específico. Esto se debe a que, en muchos casos, provienen de mezclas de diferentes orígenes o lotes, donde los granos se combinan en función del volumen, el precio o la disponibilidad. Esto no significa que sean malos cafés, pero sí implica que es más difícil saber exactamente de dónde vienen, cómo fueron procesados o quién los cultivó.
En consecuencia, se pierde la posibilidad de entender su perfil sensorial con precisión o de asegurar una calidad constante lote tras lote. Además, al no haber visibilidad sobre el origen, también se limita el impacto positivo directo sobre las comunidades productoras.
Trazando el origen del Café Monteverde
Si tuviéramos que trazar el recorrido de nuestro café Monteverde, podríamos contar lo siguiente:
- Origen: Región de Monteverde, Costa Rica.
- Finca: Cultivado por una cooperativa de 21 familias locales que trabajan en armonía con el bosque nuboso.
- Productor: Asociación de pequeños productores comprometidos con la conservación del ecosistema y la agricultura sostenible.
- Altitud: Entre los 1.300 y 1.500 metros sobre el nivel del mar.
- Variedades: Caturra, Catuaí y Venecia.
- Proceso: Natural, donde el grano se seca con la pulpa, acentuando sabores dulces y frutales.
- Perfil sensorial: Notas de bayas rojas, cedro dulce y matices florales.
- Certificaciones: “Friend of the Earth”, avalando su compromiso ambiental y social.
- Impacto social: Proyecto que impulsa el desarrollo local, el trabajo colectivo y el respeto por la biodiversidad.
- Logística: El café se transporta desde Costa Rica en sacos GrainPro hasta Barcelona.
- Tueste: El café llega a nuestro tostadero en Barcelona, donde lo tostamos diariamente en lotes pequeños, adaptando el perfil de tueste para resaltar su carácter natural y frutal.
- Distribución: Una vez tostado, se distribuye a nuestras tiendas físicas o se envía directamente a domicilio a través de nuestra tienda online.
- Taza final: Tú eliges cómo prepararlo: en filtro o espresso, sabiendo exactamente de dónde viene y todo lo que hay detrás de ese sabor.
Gracias a esta trazabilidad, podemos entender exactamente qué hace único a este café. Y eso es algo que se percibe en cada sorbo.
Trazabilidad, calidad y sostenibilidad: una visión compartida
La trazabilidad no es solo una herramienta técnica. Es una filosofía de trabajo que pone en valor la transparencia, la justicia y la calidad en cada etapa del ciclo del café. Desde los caficultores hasta las tostadoras, pasando por quien sirve y quien bebe, la trazabilidad construye una cadena más consciente, ética y resiliente.
Este enfoque también responde a una tendencia en toda la industria por estandarizar los sistemas de trazabilidad a nivel global, como se analiza en este artículo de Perfect Daily Grind, lo que permitirá a más productores acceder al mercado del café de especialidad y a más consumidores tomar decisiones informadas.
Y no solo se trata de tecnología o sistemas, sino de compromiso con las personas. Trazar el café es también valorar a quienes están detrás del cultivo, reconociendo su labor y visibilizando su historia.
"La trazabilidad no es solo un estándar de calidad. Es una forma de respeto."
Creemos firmemente que el futuro del café pasa por fortalecer esta cadena de valor. Apostar por cafés trazables no solo significa buscar el mejor sabor, sino también elegir conscientemente lo que apoyamos con cada taza.