Michelle y Borneo conforman el dúo creativo conocido como Minx Factory. Tienen un estudio ubicado en el Barrio de Gracia, desde donde crean todo tipo de objetos de cerámica imprimiéndoles su particular visión artística. Colaboramos con ellos para crear tazas únicas hechas a mano, con amor, desde Barcelona.

«Yo tenía seis años cuando tuve mi primer acercamiento a la cerámica, —dice Michelle, sentada en la mesa grande del estudio de la calle Camprodon, en la parte alta de Barcelona—. Mi mamá me inscribió a un taller y la experiencia me  marcó profundamente y me fascinó. A esa edad hice mis primeros objetos, que todavía conservo».

El estudio está en la planta baja del número 14. Tiene ventanas grandes, de suelo a techo, por las cuales entra la luz azul de la mañana barcelonesa. Las paredes, atravesadas por estanterías largas, están llenas de objetos de cerámica: tazas, jarrones, lámparas y decoraciones. Michelle y Borneo conversan con la elocuencia de quien conoce a fondo su oficio y se siente cómodo hablando de lo que implica dedicarse a un emprendimiento artístico en estos tiempos.

«La cerámica tiene un lenguaje propio —dice Michelle— y es un oficio que requiere de técnica, paciencia y constancia. Hay una curva de aprendizaje como en todo».

Michelle fundó Minx en Buenos Aires en el 2016. Originalmente fue concebido como un emprendimiento dedicado a la fotografía. Al poco tiempo y en esa misma ciudad conoció a su compañero sentimental y laboral, Borneo Modofoker, con quien comenzó a trabajar. Descubrió en él una visión artística particular que complementaba la suya de maneras inesperadas. Juntos migraron de sus muchos intereses artísticos hacia la cerámica y decidieron dedicarse a ella a tiempo completo.

«Desde siempre se notó que las cosas que hacíamos juntos tenían otro nivel de recibimiento y, sobre todo que estaban buenas», bromea Borneo, usando las manos para enfatizar algunas de sus palabras.

Trayectoria

«Minx es una expresión en inglés que quiere decir chica irreverente o traviesa. Cuando empecé con la fotografía hacía retratos de chicas y reflexionaba mucho sobre la feminidad y el cuerpo femenino. De ahí viene el nombre. Ya que me pasé a la cerámica se convirtió en Minx Factory, la fábrica de todas mis ideas».

La pareja se autodenomina “nómada”, y con razón. Borneo nació en Venezuela y Michelle en México, y entre los dos han vivido, estudiado y trabajado en más de seis países alrededor del mundo. De maneras azarosas y tras algunas mudanzas internacionales, aterrizaron en Barcelona y decidieron, por ahora, hacer base aquí. Juntos diseñan, moldean, tornean, cocinan y pintan todos los objetos artísticos que crean. Además, hacen talleres de cerámica, coordinan los envíos nacionales e internacionales que realizan y llevan la parte de marketing y redes del estudio desde donde trabajan.

Al hablar y casi sin darse cuenta, Michelle y Borneo complementan las ideas del otro. Da la impresión de ser un hábito adquirido, un remanente de su trabajo artístico que permea sus vidas, su relación y su manera de interactuar. Al hablar de sus orígenes, inspiración y trayectoria, ambos rescatan el bagaje latino que comparten. Por un lado, Michelle habla de lo que representa para ella su paso por los países latinoamericanos en los que ha vivido, particularmente México: «Siento que somos como una ensalada de cultura. En México está la alegría, el color, la artesanía. Allá todo el mundo aprecia el trabajo hecho a mano».

Borneo, por su parte, rescata y reflexiona las diferencias culturales que lo marcaron al migrar de Venezuela hacia Argentina: «El salir de Venezuela me hizo tener otra visión de cómo podía ser mi vida, porque en Venezuela tenía una visión más tradicional sobre mi carrera profesional. Me encantaba la publicidad y estaba dedicado a ganar premios y trabajar en agencias. Irme a Buenos Aires me ayudó a estar más en contacto con el lado artístico. Conocí personas que hacían realmente las cosas que les apasionaban. En mi contexto, en Venezuela el objetivo era terminar la escuela, tener un trabajo y punto. Esa era tu vida. Buenos Aires me ayudó a vivir solo y poder reflexionar sobre mis propios deseos y mis preocupaciones. Estar alejado de ese contexto me liberó de una carga», comenta.

A Michelle, en cambio, su paso por la capital argentina la ayudó a hacer determinante con lo que quería hacer: «Algo que rescato de Buenos Aires es esa posibilidad de decir “me voy a dedicar a lo que quiero. Se puede. Será difícil pero lo voy a hacer”. Es una mentalidad que se vive mucho allá. Seas fotógrafo, bailarín o cocinero, todo el mundo tiene esa posibilidad, quizá no materialmente, pero la posibilidad mental está ahí, y esa es muy determinante».

Dinámica de trabajo y proceso creativo 

Al trabajar, Michelle y Borneo se dividen las tareas. Les parece importante resolver las áreas grises de manera orgánica para que el proceso sea, en términos generales, colaborativo. Ella tornea la mayoría de las piezas y luego Borneo se ocupa de la parte más decorativa, pintando a mano muchas de ellas.

Sobre el proceso creativo, Borneo habla de la inspiración que obtiene al moverse por las calles de las ciudades que habita:«Yo me referencio mucho en lo que veo. La otra vez fuimos a una marcha de los autónomos y ahí había una señora como un traje negro súper retro con una rayas muy interesantes. Me encantó. Le tomé una foto y, a partir de esa prenda, generé una pieza: una jarra con esmalte negro y tiras y colores primarios, que era como el abrigo de la señora, y fue una de mis piezas favoritas por un tiempo».

«Él tiene ese lado geométrico y abstracto en el que rescata patrones y los replica en las piezas», complementa Michelle.

Planes para el futuro

«Un deseo que tenemos es poder crear piezas artísticas y decorativas desde otro lugar menos utilitario, es decir, menos cantidad para poder invertir más tiempo y energía en una sola pieza».

Borneo y Michelle se muestran optimistas sobre el camino frente a ellos. Además de desacelerar la producción para hacer objetos con más propuesta, les gustaría colaborar con interioristas o estudios de arquitectura para diversificar su portafolio: «Me encantaría hacer un mural en azulejos o generar una escultura o una serie de lámparas. Estar más enfocado en trabajar con el espacio. Poder armar un equipo de trabajo para poder dedicarnos a proyectos más grandes». 

Sobre ellos

Borneo dice que su película favorita de todos los tiempo es Terminator 2: El juicio final. Mientras que, para Michelle, ver películas entra en otra categoría: «Soy la clásica que me quedo dormida en todas». Me gustan quizá las comedias, cosas más ligeras. Actualmente ella está leyendo el libro del Club de las 5am, aunque confiesa que no ha logrado despertarse a esa hora aún.

Sus gustos musicales son variados. Borneo escucha de todo pero la salsa tiene un lugar especial en su corazón. Entre las canciones recientemente escuchadas del Spotify de Michelle hay algunas hip-hoperas como: Dance crip de Trueno, Until it Rot de Young Dolph y Wait for u de Future y Drake.

Michelle recomienda podcasts como “Ceramicast”, donde entrevistan a artistas, diseñadores y artesanos sobre creatividad y cerámica. En el episodio 17 los entrevistan a ellos. 

Rituales matutinos y de trabajo.

El desayuno es clave para ambos: «Nos despertamos con calma, siempre con café y tostadas. Es un momento de calma antes de venir al taller», dice ella. Él es más bien un “adicto a las frutas”, en sus propias palabras. No puede pasar un día sin mezclar varias en un plato y comérselas con calma. 

Después les queda ir al taller donde prenden un incienso, ponen música y se dedican a crear. 

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