En el corazón de El Salvador se encuentra Valle de Oro, un tesoro cafetero que personifica la riqueza de la tradición cafetera salvadoreña. Este café es cultivado por Miguel Antonio Villavicencio y su familia, y es un testimonio de perseverancia y compromiso con la sostenibilidad y la ética en la producción de café.
La finca Valle de Oro está situada a 1050 metros sobre el nivel del mar. Esta ubicación garantiza la maduración lenta de las cerezas de café, lo que da como resultado un perfil de sabor excepcional. Utilizan la variedad Marsellesa, una planta de alto rendimiento adaptada a altitudes medias y desarrollada por ECOM-CIRAD en Nicaragua, que no solo demostró ser resistente a la roya, sino que también ofreció un perfil de taza excepcional.
Esta vez, traemos un café procesado de manera Natural, del que emergen notas como arándano, lima, chocolate con leche y té verde. Tiene una acidez media-baja y un cuerpo medio-alto. Está tostado para espresso, ofreciendo una experiencia rica y matizada. Con todo esto, Valle de Oro ha podido obtener una puntuación de cata de 85, posicionándose en uno de los mejores cafés de El Salvador.
MAV Coffee, los productores detrás de este café, se comprometen a implementar prácticas sostenibles en cada paso de su proceso. En lugar de utilizar insecticidas dañinos, optan por técnicas respetuosas con la fauna local, permitiendo que insectos y microorganismos beneficiosos prosperen entre las plantas nativas de su entorno.
En la finca, han facilitado el trabajo de los recolectores con senderos bien diseñados que evitan traslados largos e innecesarios. Sus innovadoras técnicas de poda en tercios, maximizan la calidad del café y aseguran la producción: un tercio de la finca produce constantemente un café de calidad, fruto de plantas maduras. Otro tercio produce un buen café, de plantas jóvenes y el último tercio está en fase de crecimiento.