Valle de Oro

En el corazón de El Salvador se encuentra Valle de Oro, un tesoro cafetero que personifica la riqueza de la tradición cafetera salvadoreña. Este café es cultivado con amor y dedicación por Miguel Antonio Villavicencio y su familia, y es un testimonio de perseverancia y compromiso con la sostenibilidad y la ética en la producción de café.

El proceso natural que se aplica a los granos de Valle de Oro da lugar a una experiencia sensorial única, de la que emergen notas de cereza negra, caramelo, chocolate con leche y un toque de té negro. Para este café, elegimos un perfil de tostado omni, que por su versatilidad, ofrece una experiencia matizada en cada sorbo.

El Salvador, inmerso en una rica tradición cafetera, es el escenario perfecto para Valle de Oro. La finca, que lleva el mismo nombre, está situada a una altitud de 1.500 metros sobre el nivel del mar, esta ubicación garantiza la maduración lenta de las cerezas de café, lo que da como resultado un perfil de sabor excepcional.

Valle de Oro no es sólo café; es una mezcla de tradición, sostenibilidad y respeto por la comunidad y la tierra. MAV Coffee, el fabricante de Valle de Oro, se esfuerza por garantizar prácticas sostenibles en todo su trabajo. Así, prescinden de insecticidas nocivos utilizando en cambio técnicas amables con la fauna local, con las que insectos y microorganismos benéficos proliferan entre las plantas autóctonas de su suelo. En la finca, han facilitado el trabajo de los recolectores con senderos bien diseñados que evitan traslados largos e innecesarios. Sus innovadoras técnicas de poda en tercios, maximizan la calidad del café y aseguran la producción: un tercio de la finca produce constantemente un café excepcional, fruto de plantas maduras. Otro tercio produce un buen café, de plantas jóvenes y el último tercio está en fase de crecimiento. Valle de Oro no es sólo café; es una invitación a saborear los sabores de El Salvador al tiempo que se apoyan prácticas éticas y sostenibles, una historia que merece la pena compartir.