En la región de Salgar, en el suroeste de Antioquia, nace Magdalena, un café que refleja el nuevo rostro de la caficultura colombiana. Esta zona, rodeada de montañas y ríos, cuenta con condiciones ideales para el cultivo: altitudes entre los 1400 y 1800 metros sobre el nivel del mar, suelos ricos y un clima templado. Aquí, innovación y tradición se encuentran para dar vida a un café con impacto social y ambiental.
En taza, Magdalena es un café tostado para espresso, con acidez media y cuerpo medio. Una excelente opción para quienes buscan un café dulce y expresivo, con buena estructura y sin excesos de intensidad. Ofrece notas de chocolate con leche, avellana tostada, pomelo y un dulzor frutal de albaricoque. Su procesamiento es completamente Lavado, lo que permite resaltar con precisión la expresión del grano, alcanzando una puntuación de cata de 83,5. Además, cuenta con certificación Fairtrade, garantizando condiciones más justas para los trabajadores y productores implicados.
Magdalena crece en fincas de gran escala administradas por la Green Coffee Company, una empresa que desde 2017 ha transformado el panorama caficultor en Colombia. Con más de 4000 hectáreas cultivadas y 2 millones de árboles sembrados, GCC ha apostado por un modelo integral que combina tecnología, trazabilidad y sostenibilidad en cada etapa del proceso, desde el campo hasta la exportación. Sus dos beneficios húmedos tecnificados tienen capacidad para procesar hasta 360.000 kg de cereza al día, utilizando sistemas de clasificación electrónica y reducción de agua que han permitido ahorrar más de 21 millones de litros en su operación.
Pero su compromiso va mucho más allá del grano. En las fincas se han sembrado más de 26.000 árboles nativos para proteger las cuencas hídricas y se han eliminado los plásticos en los viveros. Actualmente, gestionan 153 hectáreas de bosque reservado y emplean a más de 400 personas de forma permanente, quienes acceden a empleo estable, programas de pensión y oportunidades de desarrollo. La equidad también es parte central de su visión: el 27% de la plantilla son mujeres y se impulsan activamente iniciativas de liderazgo femenino y apoyo a madres cabeza de familia en la comunidad.
Un modelo que demuestra cómo la innovación, la escala y el compromiso social pueden redefinir el futuro del café colombiano.
