En el departamento del Cauca, al suroccidente de Colombia, se encuentra una de las regiones cafetaleras más reconocidas por la consistencia y dulzura de sus tazas. Allí, a 1.700 metros sobre el nivel del mar, nace Popayán Reserve, un café que reúne el trabajo de 65 productores bajo un mismo compromiso: elevar la calidad de sus cafés y garantizar un perfil estable y balanceado para compartir con el mundo.
El programa Popayán Reserve

Este café forma parte del Popayán Reserve Program, una iniciativa que involucra a 67 fincas cuidadosamente seleccionadas y que da empleo directo a más de 400 personas en épocas de cosecha. Su objetivo principal es asegurar cafés con un mínimo de 83,5 puntos, incentivando al mismo tiempo la mejora constante.
Los caficultores reciben visitas de agrónomos cada cuatro meses, quienes evalúan sus fincas y ofrecen recomendaciones técnicas. Además, tienen la oportunidad de catar sus propios cafés, una práctica que fortalece sus conocimientos sensoriales y les permite entender cómo mejorar cada cosecha. En caso de necesitarlo, también cuentan con acceso a créditos para modernizar su equipamiento.
La consistencia del lote final se logra mezclando cafés de cinco fincas distintas, lo que garantiza un perfil homogéneo y reconocible. Aquellos productores que logran cafés por encima de los 85 puntos acceden a primas más altas y se integran a programas regionales de excelencia.
En taza: dulzor y equilibrio

Popayán Reserve está compuesto por variedades Castillo, Colombia y Caturra, procesadas mediante el método lavado. El resultado es un café con puntuación de 84+, cuerpo medio-alto y acidez media. En taza revela un perfil achocolatado y dulce, con notas a chocolate, caramelo, pera amarilla, lima y té negro, diseñado con un tueste pensado para espresso.
Más que un café, un modelo de crecimiento colectivo
Lo que hace especial a Popayán Reserve no es solo su sabor, sino la filosofía que lo respalda: un modelo de trabajo colectivo que apuesta por la mejora continua, el acceso a herramientas, el conocimiento y la estabilidad económica de las familias caficultoras.
Cada sorbo de este café es un testimonio de la fuerza de la comunidad del Cauca, donde tradición, esfuerzo y compromiso se combinan para dar vida a una taza dulce, balanceada y llena de futuro.