En el vasto universo del café, hay tesoros ocultos que esperan ser descubiertos. Uno de estos tesoros es El Balar, un café singular que emerge de las tierras fértiles de Costa Rica. Desde su origen en la región de Tarrazú hasta su proceso de elaboración meticuloso, cada aspecto de El Balar cuenta una historia de pasión, dedicación y excelencia.
Conoce a continuación todo sobre el trabajo de la familia Robles en esta finca que mezcla su pasión por el café, la tradición de la caficultura local, y la innovación de procesos.
Historia y origen de este café costarricense
La finca El Balar, situada en las exuberantes colinas de Tarrazú, Costa Rica, es donde se cosechan los granos de este café a 1800 metros sobre el nivel del mar. Esta región, famosa por su microclima único y sus suelos ricos en minerales, es el hogar ideal para el cultivo de los granos de café de la variedad Catuai.
Aquí, la familia Robles, liderada por Carlos (el padre), Leo y Elian (sus hijos), ha cultivado un legado de excelencia en la producción de café, marcando su huella en la industria con su compromiso con la calidad y la sostenibilidad.
El Balar es el fruto del arduo trabajo y la visión de la familia Robles, propietaria y operadora del micro molino RYS. Con décadas de experiencia en el cultivo y procesamiento del café, los Robles han sido pioneros en la región de Tarrazú, liderando el camino hacia nuevas prácticas y estándares de calidad. Su compromiso con la excelencia se refleja en cada etapa de la producción, desde la siembra de los árboles hasta la taza final de café.
Proceso de elaboración
Esta finca, recientemente renovada, alberga árboles jóvenes y vigorosos que producen cerezas de café de la más alta calidad.
El proceso de elaboración de El Balar es un arte en sí mismo, donde la precisión y la atención al detalle son fundamentales. Después de una cuidadosa selección de las cerezas más maduras, estas se llevan al molino húmedo, donde se separan los granos de alta calidad de los menos deseables.
Luego, las cerezas se colocan en patios de concreto para fermentar durante 3 o 4 días, seguido de un secado gradual en secadoras mecánicas estáticas a bajas temperaturas durante aproximadamente una semana. Este proceso de fermentación natural resalta las notas distintivas de manzana verde, dulce de cereza, lima y sandía que caracterizan a El Balar.
Compromiso con la sostenibilidad y la innovación
La familia Robles no solo se esfuerza por producir café de la más alta calidad, sino que también se compromete con prácticas agrícolas sostenibles y la búsqueda constante de la innovación. Con su enfoque en la gestión responsable de la finca y la preservación del medio ambiente, han demostrado un compromiso duradero con la tierra que los sustenta.
Además, su disposición para experimentar y adoptar nuevas tecnologías es evidente en sus planes futuros. Con la adquisición de la finca El Chiral y la incorporación de variedades como Geisha, Catigua y SH3, están posicionando a El Balar como un líder en la industria del café. Además, su inversión en una nueva máquina de secado demuestra su dedicación a mejorar continuamente su proceso de producción y ofrecer lo mejor a sus clientes.
Conclusión
En resumen, El Balar es más que un café; es un testimonio del compromiso inquebrantable con la calidad, la sostenibilidad y la innovación. Cada sorbo cuenta una historia de tradición, excelencia y pasión por el café. Desde las colinas de Tarrazú hasta tu taza, El Balar te invita a un viaje sensorial incomparable que te dejará deseando más.